HOMENAJE A IRIS M. ZAVALA



IN MEMORIAM

IRIS M. ZAVALA: LUZ DEL HISPANISMO

El Seminario Internacional EL HILO DE ARIADNA. La dignidad y los derechos de las mujeres en la salida del laberinto, que culminará la mañana del 27 de noviembre de 2020 estará dedicado en su primera convocatoria a la memoria de Iris M. Zavala, impulsora de los más rigurosos estudios sobre feminismo en el mundo hispánico. En las líneas siguientes esbozamos su perfil y su significación.

La mañana del triste Viernes Santo de 2020 recibí un breve mensaje de una gran amiga y extraordinaria intelectual, Amalia Rodríguez Monroy: “Querido Manuel Ángel, te escribo para decirte que Iris se nos ha ido esta mañana, víctima del Covid-19. Un abrazo grande. Ella te estaba muy agradecida y te tenía un gran cariño”.

Perdíamos así a una de las grandes figuras del hispanismo mundial, referente obligado en los ámbitos de la Teoría de la Literatura, del comparatismo literario y cultural, de las más rigurosas aportaciones -desde el pensamiento crítico- de la crítica posmarxista y feminista. Una original escritora y una persona extraordinaria, llena de vitalidad y entusiasmo, de firme carácter y profunda alteridad y empatía. Amiga de colectivos universitarios en todo el mundo, y especialmente en Madrid, Barcelona, Granada, Sevilla, Salamanca…

Iris M. Zavala Zapata (Ponce, Puerto Rico, 27 de diciembre de 1936 - Madrid, 10 de abril de 2020)​, Premio María Zambrano (2006), Doctora Honoris Causa por las Universidades de Puerto Rico (1996) y Málaga (2004), una de las mayores intelectuales y escritoras del mundo hispánico en el siglo XX, hacía honor a su nombre: era luminosa e irradiaba los colores básicos de la vida, como un extraordinario arco iris.

En su Puerto Rico natal tuvo la fortuna de conocer -en la Universidad de Río Piedras- a los grandes escritores españoles del exilio: Juan Ramón Jiménez, Francisco Ayala, Pedro Salinas… O a María Zambrano en alguna de sus visitas a la isla, invitada por ese gran Rector que fue Jaime Benítez, quien recogiera en nombre de Juan Ramón el Premio Nobel.

María Luisa Balaguer publicó en 2019 un ensayo sobre su vida y obra, titulado con el nombre de uno de los libros de poemas de Iris, Que nadie muera sin conocer el mar (Madrid: Huso, 2019), que ofrece una primera aproximación, necesariamente incompleta, a un perfil tan rico y fecundo como inabarcable. La gran monografía sobre el pensamiento, la teoría literaria y cultural y la escritura poética y narrativa de Iris, está por hacer, deberá ser una magna obra colectiva y nos proponemos impulsarla desde ahora, así como un gran Homenaje póstumo tan pronto como sea posible.

Su grandeza sin límites -aunque generosamente se definía como una mujer de frontera- y su apertura cosmopolita se reflejan en una vida en la que fue dejando su huella por todo el planeta: se doctoró en Salamanca, donde realizó una magnífica Tesis sobre Unamuno y su teatro de conciencia (Salamanca: Acta Salmanticensia, 1963), y conoció a Fernando Lázaro Carreter, quien ejerció una saludable influencia intelectual sobre ella. Luego, fueron escenarios de su vida y su sabiduría lugares tan distintos y distantes como Estados Unidos (en varias Universidades, especialmente la de Minnesota), México, Países Bajos (Utrech), Italia, Alemania y España, donde ocupó la Cátedra Ramón Llul de la Universidad de Mallorca y una Cátedra Unesco de la Universidad Pompeu Fabra. Siempre estuvo muy vinculada a Andalucía, donde fue investida como Doctora Honoris Causa por la Universidad de Málaga (2004), a la que generosamente donó su gran Biblioteca, y donde obtuvo el Premio de Ensayo y Pensamiento María Zambrano en 2006. Yo tuve el honor de formar parte ese año de un extraordinario jurado, como reseñó la prensa al dar a conocer tan acertada decisión: “El jurado del Premio María Zambrano estuvo presidido por el psiquiatra y escritor Carlos Castilla del Pino. Los vocales fueron el presidente del Consejo Audiovisual de Andalucía, Manuel Ángel Vázquez Medel; el catedrático de la Universidad de Granada Pedro Cerezo; la profesora de la Universidad Pablo de Olavide Rosario Valpuesta, y la profesora de la Universidad de Málaga María Dolores Ramos. Actuó como secretario el delegado de Cultura de la Junta en Granada, José Antonio Pérez Tapias”.

No había ocasión en la que la reclamáramos desde cualquier rincón de Europa o América que no acudiera con la ilusión, la alegría, la chispa y la profundidad intelectual que la caracterizaban.

De sus varias e imprescindibles aportaciones queremos recordar sus trabajos sobre Unamuno; sus estudios sobre el siglo XIX (romanticismo, realismo y bohemia); sus aproximaciones al modernismo y Darío; su participación en la Historia social de la literatura española y su impulso imprescindible a la Historia feminista de la literatura española, además de su papel fundamental en la difusión del pensamiento de Mijael Bajtin o sus páginas sobre Cervantes (Leer Don Quijote. 7 tesis sobre ética y literatura. Barcelona: Anthropos, 2006).

Son imprescindibles sus aportaciones sobre Bajtin, que hacen de ella una de las grandes especialistas mundiales. Recordemos sus obras fundamentales, que publicó especialmente en la década de los 90: Unamuno y el pensamiento dialógico. M. de Unamuno y M. Bajtin. (Barcelona: Anthropos, 1991); La posmodernidad y M. Bajtin. Una poética dialógica. (Madrid: Espasa Calpe, 1991); Bajtin y sus apócrifos, ed. con T. Bubnova, S.Bocharov, N. Pedgorced, Amalia Rodríguez Monroy (Barcelona: Anthropos, 1996); Escuchar a Bajtin. (Barcelona: Montesinos, 1996). Otra de sus grandes aportaciones fue la edición de Mijail M. Bajtin Hacia una filolofía del acto ético. De los borradores y otros escritos (Barcelona: Anthropos, 1997) con Comentarios de Iris M. Zavala y Augusto Ponzio.

Iris nos enseñó que, por muy elevada que sea la categoría intelectual de un ser humano, lo más importante es equilibrarla con la necesaria emoción, que ella supo también hacer vibrar en sus novelas y libros de poemas, en sus análisis del tango o el bolero. Mencionaremos sus novelas Kiliagonía (México, Premiá, 1982) y Nocturna mas no funesta (Barcelona: Montesinos, 1987) y sus libros de poemas Barro doliente (Santander: La Isla de los Ratones, 1965), Escritura desatada (Puerto Rico: Puerto, 1974) y Que nadie muera sin amar el mar (Madrid: Visor, 1983).

De todos los momentos que la vida me permitió compartir con Iris, quiero hoy recordar uno muy especial, en que presenté con ella, cuando se nos fue otra gran mujer, nuestra querida Lola Luna, su libro póstumo: Leyendo como una mujer la imagen de la mujer. Cuando me lo propuso le dije que tal vez era mejor que lo presentara con ella cualquiera de nuestras valiosísimas compañeras. Pero ella me hizo uno de los comentarios que me han hecho sentirme más orgulloso (y más comprometido) en mi vida: “Manuel Ángel: no es cuestión de sexo, es cuestión de empatía y de ponerse en el lugar de una mujer, habiendo nacido hombre. Como se nos ha obligado casi siempre a las mujeres a ponernos en el lugar de un hombre, habiendo nacido mujer. Tú puedes leer como una mujer la imagen de la mujer, y a Lola le encantaría que tú y yo seamos quienes presentemos su libro”. Aquella fue una de las grandes experiencias humanas e intelectuales de mi vida.

Manuel Ángel Vázquez Medel - Catedrático de la Universidad de Sevilla


Comentarios

Entradas populares